Os presento a JAVI. Es el hijo de unos amigos
nuestros (Rober y Susana) y la historia que podéis leer a continuación,
redactada por sus padres, resume claramente el objetivo y el espíritu
por el que se lleva a cabo la "Pontevedrada":
-----NUESTRO HIJO NACIÓ EN MARZO-----
Javier significa literalmente "casa nueva". En una interpretación algo
más libre diríamos que es el hombre que se renueva de forma constante,
aquel que multiplica la vida.
El 18 de octubre de 2010 fue cuando
Javier nació. Desde su primer minuto de su vida se le diagnostica una
enfermedad de esas que si buscas en internet tan solo aparecen unos
pocos estudios o tesis que algún estudiante de medicina por vocación
colgó en la red hace un montón de años con la esperanza de que su
trabajo continuase en el tiempo, pero no fue así.
Sin embargo,
con tan solo unos pocos datos médicos y la experiencia anterior en
cuadros similares al de nuestro hijo, el personal del Hospital Infantil
de La Paz de Madrid consigue estabilizarlo a las 48 horas de haber
nacido y alejarlo un poquito más de la muerte, cosa que hasta ellos
mismos veían como inminente. Finalmente dan con el diagnóstico de su
enfermedad.
Algo había en el interior de Javier que hizo que se
agarrase a la vida con una fuerza que hasta hoy se sale de los límites
de nuestro entendimiento puesto que fue infinito el número de
adversidades que superó durante los meses siguientes en ese mismo
hospital para abrazar la única esperanza de vida que tenía, el único
estrecho camino que le llevaba al final feliz.
Después de meses
de ingreso (los tres) en una habitación dotada de medidas especiales de
higiene debido a la precaria situación de su sistema inmune, hasta los
médicos empezaban a parecer algo esperanzados con la evolución de
Javier. Por entonces todo el personal de planta le conocía como “Mil
Hombres”, haciendo honor a su fortaleza y ganas de vivir.
Sin
embargo, la enfermedad no se podría parar hasta poner la guinda en el
pastel, una guinda que se presentaba como quizás el reto más adverso de
los que nuestro niño había pasado ya,- “como si no hubiera tenido ya
suficiente con tanta quimio el pobre…”- pensábamos, y es que ese trámite
final consistía en un transplante de médula ósea.
De nuevo, no
sé si el destino o la casualidad quiso que apareciera un donante en el
momento apropiado y con la compatibilidad exacta para que Javier pudiera
recibir esa médula y dejar su sufrimiento de lado de una vez.
Allí teníamos al niño un 29 de marzo de 2011, con 5 meses de vida y unos
escasos 5 quilos y pico de peso, preparado para recibir su transplante
de médula ósea, “oro líquido” para nosotros. Haciendo gala de nuevo de
su naturaleza luchadora, salió del transplante en poco tiempo y con los
mejores resultados que se pueden tener en cuanto a aceptación del mismo.
A día de hoy Javier está perfecto, tan solo le queda recuperar por
completo las fuerzas de su sistema inmune pero ninguna medicina tiene
que cubrir las funciones de su organismo. En la última revisión que
hemos hecho nos dijeron las palabras más bonitas que unos padres en
nuestra situación pueden escuchar: “su hijo puede llevar ya casi una
vida de niño normal”. Es por ello que nuestro hijo en realidad nació en
marzo, momento en el que tuvo esa segunda oportunidad.
Es ahora
cuando una vez que las aguas se han calmado un poco que nos acordamos
de ese “donante misterioso” que dio parte de su médula ósea de forma
altruista para salvar una vida, ese ángel de la guarda o alma gemela que
nuestro hijo tenía desde su nacimiento y que estaba esperando para
brindarle otra oportunidad.
Aunque ese fue el punto más
decisivo, el transplante de médula no fue lo único que Javier recibió
puesto que debido a su enfermedad hizo necesario que se le hicieran
numerosas transfusiones de sangre, plaquetas y plasma sanguíneo.
Nosotros conocemos de primera mano la importancia de la donación y
queremos que con estas humildes palabras vosotros podáis participar un
poco de ese sentimiento. Estamos hablando de salvar vidas y creednos, en
la lucha contra las enfermedades raras como la de nuestro hijo, la
leucemia y otras en las que un transplante de médula ósea y
transfusiones son necesarias, las guerras ganadas superan hoy en día a
las batallas perdidas.